lunes, 18 de noviembre de 2013

No es falta de tiempo, es falta de educación

“Muchas gracias por tu email; le echo un ojo y te comento. Gracias. Un saludo.”


He tardado exactamente 30 segundos en escribir la frase con la que empiezo este post, 30 segundos que no me van a hacer perder el día, 30 segundos que no van a ninguna parte.


Y yo pregunto: ¿cuántos emails se quedan sin responder aunque sea con esta respuesta de “bien-queda”? Infinitos. No se trata de falta de tiempo, ni de volumen de trabajo, ni de falta de organización; se trata simple y llanamente de falta de educación.


Me da igual que seas el presidente de Telefónica, el presidente del Gobierno o el mismísimo Juan Carlos I: si te llega un email a tu bandeja de entrada, tu obligación es responderlo, simplemente por deferencia a la persona que te ha escrito, por tratarla justamente como eso, como una persona.


En el mundo laboral en el que me muevo el email se estila mucho y es nuestra herramienta de trabajo. Pues no os imagináis la cantidad de emails que muchas veces no reciben respuesta.
Y ¡ojo!, que no estoy pidiendo una respuesta tipo “Querido diario…”; me basta con una respuesta. Quizá la moda de favoritear un tuit cuando lo has leído pero no sabes qué contestar debería ser adoptada para los emails. Así, por lo menos, no te quedarás con cara de tonta esperando una respuesta de alguien que no te contesta pero se pasa 6 horas tuiteando -sí, esto me ha ocurrido- o actualizando su Linkedin.


Lo digo claramente desde aquí: ese tipo de personas pasan a engrosar mi lista de personas maleducadas, no de personas ocupadísimas que -las pobres- no tienen tiempo para juntar cuatro letras para contestarte. ¡No! No has contestado porque en tu fuero interno te sientes superior al resto de nosotros de alguna manera, sin darte cuenta de que “arrieritos somos y en el camino nos encontramos”. Quizá yo ahora necesite algo de ti y donde da la vuelta el aire lo necesitarás tú de mí. Si no lo haces por educación, hazlo por lo menos por egoísmo, pensando en algún futuro beneficio.



No hablemos ya de si lo que esperas es el veredicto de una entrevista de trabajo,  ese es otro tema que da para otro post: empresas que van de grandes y ya desde el proceso de selección dejan y mucho que desear. Esa función debería estar implementada en Linkedin: como en las páginas de hoteles que se valoran con estrellitas, estaría bien poder valorar a las empresas en función de cómo tratan a una persona que supuestamente quieren incorporar a su “familia”. Nos llevaríamos muchísimas sorpresas de ciertas empresas que van con la bandera de los derechos humanos e inculcando valores y luego son los mayores tiranos con sus trabajadores y futuros trabajadores, pero esa es otra historia.

En definitiva y para no aburriros, todo se reduce a una frase: “no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”. Piensa que para otra persona tu respuesta quizá es un alivio personal